La Mujer en el Sector Energético y Ambiental:
5 de marzo, Día Mundial de la Eficiencia Energética es una fecha para recordar a la población mundial la importancia de la utilización eficiente de la energía ... En la actualidad, la eficiencia energética se plantea como una de las políticas de freno para el cambio climático y la consecución de sociedades sostenibles, junto con el desarrollo de energías renovables y una política de transporte menos agresiva con el medio. No se trata de renunciar a la calidad de vida, sino de la obtención de los mismos bienes y servicios energéticos empleando menos recursos, mejorando los procesos, el reciclaje, el uso de productos menos contaminantes y un consumo inteligente. Su origen se dio en la primera Conferencia Internacional celebrada (Austria, 1998) con los propósitos de debatir sobre la crisis de la energía, la eficiencia energética y las posibles soluciones.
Planteo en facebook. El nuevo impulso para atenuar y resolver esta disparidad se apoya en la vulnerabilidad de las mujeres, niños y adultos mayores, y la tendencia natural del género femenino a los cuidados en el hogar. Si hemos aceptado la consigna de "cuidar nuestra casa en común: el Planeta" ¿por qué no darle a quien administra el bienestar hogareño y gran parte del presupuesto familiar, mayor participación en la industria, la empresa y el desarrollo sostenible, que nos propone la Agenda 2030?. Éste es uno de los temas principales que vamos a elaborar en la 3a. etapa de "Mujer visión 2030"
Género y Energía para América Latina y el Caribe: El equilibrio de poder.
Foro 4/10/2018, por Virginia Snyder (1)
El sector energético mundial se vuelve cada vez más limpio y las tecnologías disruptivas lo revolucionan cada vez más, sin embargo, hay un área crítica que sigue rezagada: la diversidad y la igualdad de género. A nivel mundial, las mujeres representan sólo el 20 % de la fuerza laboral del sector energético. En América Latina y el Caribe, las mujeres representan sólo el 17 % de las posiciones de liderazgo sénior y el 9 % de las posiciones ejecutivas, según el Índice de Ernst & Young Women in Power and Utility. Mientras estos números aumentan, el crecimiento es a ritmo de caracol. No obstante, hay un nuevo impulso para aumentar estos números. Hay una gran cantidad de apoyo a través de grupos de redes que salpican la industria de la energía. En el Caribe, el grupo de Mujeres en Energía Renovable (WIRE, por sus siglas en inglés) proporciona tutoría y capacitación para que las mujeres ingresen al sector y avancen a posiciones de liderazgo. En América Central, la Red Mundial de Mujeres para la Transición de la Energía (GWNET) celebró recientemente su primera reunión para iniciar una conversación para impulsar el cambio necesario en la región para crear un nuevo sector energético inclusivo.
Aún así, la realidad de la brecha de género es desalentadora. ¿A dónde va la industria desde aquí? ¿Qué se puede hacer para potenciar los cambios necesarios para revertir este retraso en la igualdad? Entre varias instituciones que impulsan la agenda de género, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) considera esto como un problema crítico de desarrollo.
Creemos que, al hacer la transición a sistemas energéticos más limpios y tecnológicamente más avanzados, la diversidad en los enfoques es fundamental para impulsar las soluciones innovadoras e inclusivas que necesitamos para navegar el cambio que se avecina. Si los sectores público y privado están realmente comprometidos con la transformación económica y social, deben venir a la mesa para garantizar que las mujeres estén igualmente representadas en toda la cadena de valor de la energía.
(1) Por Virginia Snyder, Especialista de la División de Energía del BID en Washington, DC,
Fuente - BID nota completa aquí
El papel de la mujer en el sector energético y ambiental: casi sin voz ni voto
Los científicos coinciden en que las mujeres se sitúan, junto a niños y ancianos, entre los grupos de población más vulnerables al cambio climático y, sin embargo, en la mayoría de países están infrarrepresentadas en la toma de decisiones para combatir este fenómeno, como ocurre en España.
El Gobierno elabora desde hace un año una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que marcará las pautas a seguir por los principales sectores económicos para que España sea un país libre de emisiones en 30 años, así como para adaptarse a los impactos irremediables del calentamiento, como la menor disponibilidad de agua o mayor frecuencia e intensidad de climas extremos.
Como paso previo a la redacción de la ley, el Ejecutivo celebró unas jornadas de dos días el pasado mayo para recabar la visión de los sectores implicados.
En la lista de 75 invitados solo había 13 mujeres (poco más del 17 % ), y en 3 de las 5 mesas temáticas organizadas en torno a la ley (dirigidas por 5 o 6 ponentes cada una) no hubo ni una sola mujer ponente, y en las que sí estuvieron fue en una proporción de 1 frente a 4 o 5 hombres.
Dos meses después, el Ejecutivo nombró, a proposición de los grupos parlamentarios, una comisión de expertos independientes para asesorar la ley que está compuesta de 14 hombres y ninguna mujer.
“La ausencia de mujeres en estos foros de debate y toma de decisión supone directamente que su visión no aparezca en una normativa tan transcendental”, señala a Efe Cristina Monge, profesora de Sociología y portavoz de la Fundación Ecología y desarrollo (ECODES).
Monge asegura que esta infrarrepresentación tiene mucho que ver con el hecho de que “las cúpulas son mayoritariamente masculinas tanto en el sector académico como en las empresas que dominan los mercados estratégicos a los que afectará esa ley (energía, agua, agricultura o transporte)”.
Un estudio reciente de la Universidad de Exeter (Reino Unido) concluía que la falta de mujeres en los consejos de administración de las empresas energéticas suponía “un freno” para la adopción de medidas contundentes para combatir el cambio climático.
Los datos de los gigantes del sector en España coinciden con las cifras de ese estudio: en Endesa hay 2 mujeres entre los 12 miembros de su consejo de administración, en Gas Natural Fenosa hay 3 de 14 y en Iberdrola 5 de 17.
La citada investigación subrayaba que “a mayor presencia de mujeres en puestos de decisión en materia energética, más respuesta a las necesidades de los ciudadanos y a la lucha contra el cambio climático”, como también alerta el máximo órgano de la ciencia del clima (IPCC, por sus siglas en inglés).
Marta Rivera-Ferre, una de las científicas españolas en el IPCC, en cuyo último informe sólo hubo un 20 % de investigadoras, explica a Efe que en las áreas de estudio de este órgano en las que no hay mujeres “hay temas que directamente no se consideran, y uno de ellos es la perspectiva de género”.
Esta perspectiva es “relevante” en tanto que los impactos del cambio climático, como los desastres naturales, afectará más a los más pobres, y el 70 % de las personas que viven en la pobreza son mujeres.
Las mujeres producen casi el 90 % de los alimentos básicos, pero sólo poseen el 1 % de la tierra cultivable, y realizan la mayor parte de tareas relacionadas con el agua pero apenas deciden en las políticas en la materia.
Uno de los estudios sobre cambio climático y género de los que es autora Rivera-Ferre destaca que las mujeres no sólo son más vulnerables al cambio climático en los países en desarrollo, sino también en los europeos.
En una reciente resolución, el Parlamento europeo aseguró que “la participación desigual de las europeas en los procesos de adopción de decisiones y en los mercados laborales les impide ser tenidas en cuenta en la planificación de políticas climáticas”.
Uno de los organismos pioneros en promover que las mujeres estén al mismo nivel que los hombres en esta materia es la convención de cambio climático de la ONU, que la pasada cumbre del clima de Bonn aprobó un Plan de Género que persigue, entre otras cosas, la paridad en todos sus órganos.
En una entrevista telefónica, la secretaria general de esa convención, Patricia Espinosa, explica que desde 2014 vienen adoptando decisiones “para promover más participación de las mujeres en las negociaciones internacionales de cambio climático, con el objetivo de que las posiciones de los países en las mismas también contengan las prioridades de las mujeres”.
El propio Acuerdo de París, ratificado ya por 175 naciones “obliga a los países a incorporar la perspectiva de género en sus políticas climáticas”, y la convención de la ONU “presta apoyo para que lo hagan”, subraya Espinosa.
La portavoz de cambio climático de Greenpeace España, Tatiana Nuño, subraya que la ley española debe incorporar esa perspectiva de género, entre otros motivos porque una norma que persigue instaurar un nuevo modelo de desarrollo, debe aprovecharse para abolir la desigualdad que sufre la mujer en el actual.
Fuentes de uno de los ministerios que preparan la ley, el de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, han indicado a Efe que “estudian” la posibilidad de incluir los “temas de género” en la misma. Un reportaje de Caty Arévalo para la Agencia EFE. sic
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