“Mujer visión 2030” Liderazgo para el Desarrollo Sostenible.


Cuántas certezas y qué rigor científico subyacen en la enmienda de “empoderar a las mujeres como algo crucial en el nuevo paradigma de la sostenibilidad global”.

A pesar de los grandes avances en la última década, hay todavía severos déficits de participación femenina en la alta dirigencia de gobiernos y empresas, en la ciencia y tecnología, la ingeniería, las matemáticas y el diseño. Esto bloquea innovaciones sensibles propicias para la sociedad, desde la banca móvil hasta la inteligencia artificial o la internet de las cosas; es vital que las ideas y las experiencias de las mujeres influyan por igual en las innovaciones que conformarán las sociedades del futuro. Ídem con la brecha salarial por el mismo trabajo, con desajustes que los Derechos Humanos, el marco Ruggie, entre otras innumerables alternativas, no han podido equilibrar.

Intentando colaborar en mejores resultados y pronósticos sobre la equidad de género, hace tres años iniciamos -Mujer visión 2030- como campaña centrada en la mirada ecosistémica y compleja de perspectivas diversas, entorno a que  "Invertir en la mujer es una decisión moralmente correcta, y también económicamente acertada" (Boom-Khunn-Prettner, en Salud y Desarrollo Económico). Desde la Psicología, revisamos que “el hombre se centra en objetivos y la mujer en procesos” (Pilar Sordo, en Viva la diferencia). Por nuestra parte, planteamos que “la mujer no es el sexo más débil, sino el género con más cargas biológicas y culturales”, y éste fue el punto de partida para sistematizar las formas de pensar, sentir y comportarse de la mujer y el varón, con el propósito de instalar las pautas complementarias ...

Foco funcional. Con este sesgo binario, reformulamos el rol de agente de cambio, de quien es más de la mitad de la población del planeta, y la matriz natural de los siete mil millones de habitantes; también por qué se pondera su liderazgo en la sustentabilidad socioeconómica y ambiental.

En qué nos basamos. Como lo más visible de lo que sería la punta del iceberg del Desarrollo Sostenible le atribuimos a la mujer, el rol del sujeto social con mayor incidencia porque es quien genera más escala (desde sí, a la comunidad, país, región, planeta) y produce los efectos á más largo plazo (desde la calidad de vida y alimento durante el embarazo, la lactancia y la conformación neurofisiológica en los primeros mil días), entre otros aspectos.
Cientos de encuestas confirman que aunque no sea quien lo provea, ella administra el 80% del presupuesto familiar con destino en alimentos, vestimenta, salud, educación, arreglos en el hogar (decide qué llevan los niños en la mochila escolar, cómo llenar la nevera, etc.), datos que la ubican en la vanguardia del consumo consciente.
La OIT la define como el agente socioproductivo de la Agenda 2030 porque su acceso al mercado laboral, la emancipación familiar y el hogar monoparental, la ubican en el eje de cambio en los patrones de producción y consumo (ellas fijan preferencias en el ahorro y el reciclado, en la compra de electrodomésticos de bajo consumo, o carros utilitarios por sobre los modelos deportivos, etc.).

Visión complementaria, con plazo a 2030. Por primera vez hay un acuerdo universal, sobre 17 ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- aprobados por 193 estados miembros de Naciones Unidas y el sector empresario (en 2015); y 169 metas, que cada país deberá localizar con matrices socioproductivas territoriales, e indicadores nacionales que podrán intercambiarse en convenios autónomos.

Esta es la Agenda 2030 con claras marcas en la equidad de género en 12 de los 17 ODS.



Estos once años de transición nos imponen enfoques diferentes a los acostumbrados; urgencias para las que (pareciera) no estamos preparados ... Implica poner en valor LO FEMENINO de los tres roles mencionados, como un proceso que la humanidad deberá sostener con la imprescindible  colaboración de ELLOS -familiares, parejas, empleadores, educadores, legisladores, comunicadores- ... Requiere soltar los arquetipos fundados en privilegios masculinos de muy larga data, para hacer cierta la igualdad de acceso a las oportunidades y transformar en realidad que “La humanidad posee dos alas: una es la mujer, la otra es el hombre. Hasta que las dos alas no estén igualmente desarrolladas, la humanidad no podrá volar”.

 El rol femenino como agente de cambio en la Agenda 2030, tiene en el Objetivo de Desarrollo Sostenible -ODS- N° 16 las directrices de su liderazgo en la Paz: inclusión, prácticas justas y las instituciones sólidas ... La invitación al intercambio de experiencias y propuestas a las Mujeres Líderes para la Paz queda abierta ...

Marita Copes, Código R    mcopes@codigor.org   

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